El Reloj de Torre de San Juan Sacatepéquez
Historia que pasa a ser Historia…
«A la memoria de los ausentes, que siempre estarán presentes»
En San Juan Sacatepéquez según Acta no. 41 del libro no. 242, del 31 de diciembre de 1892 constituida la Corporación de ese entonces en la sala municipal deja consignado: entre otros… la compra del reloj público que se encontraba en el edificio municipal, por la cantidad de 376 pesos, cantidad entregada a empresarios del ferrocarril central de Guatemala, derogando también la cantidad de 100 pesos para gastos en la colocación del reloj.
Grabados de fábrica en la maquina aparecen al frente y atrás las inscripciones del nombre del fabricante J.L.WEULE, lugar: BOCKENEM y el año de 1890.
Transcurren los años de 1960-76, el poco cuido o desconocimiento del mantenimiento de la única máquina y sus componentes que hasta ese entonces transmitía a 3 caratulas o cuadrantes el transcurrir de la hora visto desde los puntos cardinales del lado oriente, lado poniente, y la carátula central orientada al norte, fue decayendo su vida de proporcionar la hora primero por el lado oriente, años posteriores el lado poniente y el terremoto de 1976 que concluyo la vida útil de saber la hora por el lado norte. El reloj había permanecido activo desde 1892 a 1976 por 86 años.
Sanjuaneros entusiastas algunos de ellos, Sr. Enrique García “Don Piquito”(+1990), Cnel. Hugo Tulio Búcaro, conscientes de los valores que poseía nuestro pueblo, se dieron a la labor de recoger entre los escombros lo poco o mucho que pudieran rescatar del reloj de plaza que hasta ese entonces albergaba la torre del edificio municipal que se derrumbara con el 2do. movimiento fuerte, transportando en sus hombros y en costales lo que habían rescatado.
Surge en ese entonces la persona de José Luis Gonzalo Ortiz Solórzano (+1995), artesano sanjuanero, para quien el límite de conocimientos únicamente eran los recursos materiales que poseía o no existían porque si no los inventaba, persona a quien los Sanjuaneros entusiastas les encomendaron la labor de velar por la restauración del reloj del pueblo sanjuanero.
Transcurridos los días, meses y años de la loable labor de los Sanjuaneros entusiastas y el trabajo de restauración del Sr. Ortiz S., época donde los elementos materiales eran completamente limitados por las condiciones en que se encontraba la población después de catástrofe sufrida, una maquina orgullo del pueblo en piezas desarmada, incompleta y encostalada, sin una fábrica alemana para proporcionar repuestos (desaparecida en la 2da. guerra mundial, 1944), sin talleres sanjuaneros donde fabricar lo necesario: engranes, bujes, pasadores, topes o lo necesario para su restauración.
Disponiendo de un amplio espacio improvisado como taller del reloj dentro de su casa de habitación con su labor de estudio, limpieza, acople, armado y explicación a los miembros de la familia del funcionamiento de los engranes componentes del reloj, como manifestaba: “parte de la herencia de conocimientos que les dejo, transmitan este de hijo a hijo” y asistiéndolo su hijo Mario Florentín Ortiz Castellanos (+ 2006).
Desde el momento que fuera encomendada la labor en 1976: la reconstrucción, instalación y mantenimiento hasta finales del año 2008, el reconstructor, hijos y nietos realizaron el trabajo en forma ad-honoren.
Utilizando los recursos que se encontraban a disposición como: hierro hembra para completar una de las patas que se quebrara (1976) para sostener la máquina, lámina galvanizada para la veleta controladora de las campanadas según la hora , clavos de diferentes medidas que trabajaban como pines o pasadores, algunos fueron cambiados por pasadores fabricados en torno industrial en 2008 , entre otros recursos utilizados.
En la sala de su casa de habitación el Sr. Ortiz S. armada y en completo funcionamiento la máquina que daría la hora, exponía con orgullo la obra realizada la cual a muchos sanjuaneros les daba curiosidad, nostalgia o simplemente se asustaban al pasar y escuchar el sonido inconfundible que el eco hacía que se escuchara fuera de la casa las campanadas provenientes del reloj.
La plaza Cataluña fue inaugurada y el Reloj de Torre a su instalación en el nuevo edificio 7 años después como demostración al mundo que heridos y limitados de recursos podríamos estar pero no era obstáculo para evitar el desarrollo de nuestro pueblo; cuál sería la sorpresa que la torre no tenía espacio para pasar los cables que soportarían los contrapesos indispensables en la cuerda para el funcionamiento del reloj, sorpresa corregida.
De las 3 caratulas o cuadrantes que funcionaran por más de 80 años, únicamente quedaría la que actualmente se encuentra: lado norte o al frente de la Plaza Cataluña, parte por el diseño de construcción de la Plaza, como la falta de repuestos que en ese entonces era difícil encontrar o mandar a fabricar para completar el reloj como originalmente fuere en 1890.
El reconstructor de su puño y letra con clavo y martillo en la esquina superior del banco de soporte de la maquina dejo inscrito “ESTE RELOJ FUE RECONSTRUIDO POR: GONZALO ORTIZ S., MAYO 10 / 1983”, al realizarse el cambio del banco de soporte (2008) dicha inscripción en su forma original fue colocada en la pared interna a un costado de la caratula en 2011, por sus hijos.
Durante el termino de varios meses periodo que por falta de insumos y/o pago de servicios técnicos prestados, se dejara el mantenimiento al conjunto que conforman el reloj, periodo en el cual personas avaladas por las autoridades de turno han permitido un mal mantenimiento por desconocimiento del mismo, tal vez con el dicho o pensamiento “DESCOMPONIENDO SE APRENDE”, hecho que se volvió a repetir a partir de 2011 a la fecha, lastimosamente no existe otra máquina para sacar repuestos. Oficio presentado a las autoridades de turno en su oportunidad sobre el estado del reloj.
Al momento de redactar estas líneas el reloj lleva varias semanas de encontrarse sin funcionamiento y en el estado en que se encuentra se está forzando la maquina a una gran tensión al sostener los contrapesos de 235 lbs. sin movimiento y en el vacío, con el riesgo de doblar o quebrar algún eje o engrane por la fuerza que están ejerciendo, como ejemplo de lo mínimo que pueda ocurrir, recordando que es una máquina única, de precisión, es el Reloj del pueblo, declarado patrimonio intangible de la nación, con más de 120 años desde su construcción y 30 de su reconstrucción. Sera; que pasa a ser historia?
Durante las gestiones administrativas de diferente turno de gobierno municipal, algunos mostraron: interés inicial, por algunos meses y ¿?, por mantener en buen estado, conocer, proteger los recursos del pueblo y proveer los insumos necesarios, principal obstáculo al manifestar carecer las corporaciones de fondos económicos para su inversión en el mantenimiento del reloj?.
Reconocimientos:
- Al Sr. Ortiz S: Por la reconstrucción, instalación y mantenimiento (1976 – 1996), labor realizada en forma ad-honoren:
- Un apretón de manos.
- A los hijos y nietos del reconstructor: Por el mantenimiento ad-honoren (1976 – 2008)
- Diploma de reconocimiento por el mantenimiento del reloj.
Servicios técnicos prestados
- Cambio de banco de soporte 2008, y
- Mantenimiento del reloj a partir de 2009
- Por término de meses: enero a junio 2009 y febrero a agosto 2011, suspendida por falta de fondos para insumos y pago por servicios técnicos prestados.
Agradecimiento especial, a Sanjuaneros que hacen historia:
- Prof. Manuel Trinidad Meléndez (+2011)
- Sr. Miguel Ángel Yoc Chin (Don Chema)
- Dr. Rómulo Aroldo Morales Pineda
- Al vecino ausente
- A Usted que se ha tomado parte de su tiempo para leer el presente
- Personas que contribuyeron con: apoyo moral y facilitar equipo, ideas, análisis científicos, y más, con la finalidad de perpetuar la vida del reloj y el mejoramiento del entorno del mismo, durante el tiempo que tuvimos el honor de darle mantenimiento.
A todos muchas gracias.
Gonzalo Adolfo Ortiz Castellanos
San Juan Sacatepéquez, Guatemala, Mayo 22 de 2013.